Los fabricantes de parquets y suelos de madera suelen centrarse en comercializarlos para interiores, sin embargo, las múltiples cualidades que ofrece este material permiten que sea uno de los más resistentes y adecuados para todo tipo de espacios exteriores.
Uno de los espacios en los que la madera funciona perfectamente es el entorno de las piscinas. En primer lugar porque se trata de un material que no se ve afectado por la humedad, por lo que resulta especialmente recomendable si se va a caminar con los pies descalzos y mojados al salir del agua.
Sin embargo, hay que tener en cuenta la adaptabilidad de la madera y las alteraciones que puede sufrir con los cambios de temperatura o la exposición a condiciones adversas. Por ello, los fabricantes especializados suelen recomendar tarimas de maderas tropicales o aquellas que han sido especialmente tratadas para exteriores.
Abriendo más el abanico de productos que ofrecer para ampliar el negocio, las empresas especializadas suelen trabajar con maderas de alta densidad o someten a las tarimas a tratamientos de autoclave y/o cuperización que aumentan su resistencia.
Dentro de las maderas tropicales son muy valoradas la assamela, la bubinga o la teca, ya que sus resinas y aceites naturales minimizan el mantenimiento que debe realizarse. De hecho, la teca es una de las más destacadas por la alta resistencia que ofrece a la aparición de hongos.
Maderas con propiedades similares a la teca son el nyatoh, el iroco o el ipé. Esta última es una de las opciones más frecuentes puesto que da lugar a una tarima dura pero elástica y muy resistente, casi exenta de defectos y de ranuras, con lo que resulta difícil que pueda llegar a agrietarse significativamente.
Igualmente, puede ofrecerse al cliente la posibilidad de situar en el borde de su piscina unos suelos realizados por variedades de compuestos –algunos de ellos completamente ecológicos ya que pueden proceder de maderas recicladas que proceden de las tareas de limpieza de los bosques-.
Su apariencia es prácticamente igual que la de la madera, pero son tratados de forma que permanecen inalterables al paso del tiempo. La principal ventaja que ofrecen es un precio muy competitivo y unas garantías de durabilidad muy elevadas.
En todos los casos lo que sí es fundamental es que, con el objetivo de evitar fraudes, el fabricante debe mostrar los certificados pertinentes que, en el caso de tratarse de maderas ecológicas, procederán de organismos internacionales como PERUTAMI o FSC (Forest Stewardship Council).
Foto: Piscinas Levante