Cada vez más hogares habilitan este espacio en sus jardines sabiendo que es el lugar ideal para que los más pequeños pasen un buen rato, y por qué no decirlo, los no tan pequeños también. Sin embargo, el mantenimiento y la limpieza suelen ser un quebradero de cabezaLos niños corren de un lado para otro, salen del agua, entran, se meten en casa con los pies llenos de césped y ya se sabe a quién le toca limpiar luego.Es por eso que mucha gente opta por rodear toda la zona de la piscina con un suelo de tarima flotante. Sin duda, una solución muy práctica a la par que atractiva. Lo que se busca es estar cómodo, que para algo es nuestra casa, no?
La instalación de tarima en la piscina no difiere en demasía de la instalación de cualquier tarima, si bien hay que tomar en cuenta algunas consideraciones. Vamos a ver el proceso paso a paso.
Lo primero es definir el lugar donde la instalaremos. ¿Queremos una gran tarima para tomar el sol o queremos algo más discreto y apañado para colocar unha mesa y una sombrilla? En cualquier caso, dimensionar la base de la plataforma es muy importante. Podremos aproximar el coste del proyecto en base a la superficie elegida y además podremos prever problemas o dificultades que puedan surgir durante la instalación de la tarima.
Definida las superficie, hay que calcular el número de pilares que necesitaremos para sostener la estructura (si la tarima es en altura). Si conseguimos que el número de pilares sea el adecuado, evitaremos que la estructura tenga descompensaciones en el futuro y aparezcan desniveles o incluso hundimientos. Hacer bien las cosas desde el principio evitará mayores costes de reparación el futuro. Dichos pilares pueden estar hechos de hormigón o ladriño. La opción hormigón es apostar sobre seguro. En la fase de colocación debemos tener especial cuidado al nivelar los soportes para que la superficie de la tarima no tenga desniveles.
A continuación llega la fase en la que colocamos una estructura metálica en forma de malla rectangular que sostendrá la tarima. Para evitar que crezca hierba entre las tablas de la tarima, podemos recurrir a una malla destinada a evitar que aparezca. La estructura de malla que sostendrá la tarima debe estar hecha a medida. Esta estructura será “barnizada” con un producto anticorrosivo.
Hecho esto, podremos comenzar a colocar la tarima por el procedimiento habitual. La elección de la madera es algo importante. Valoraremos principalmente su resistencia a los factores externos y su adaptación estética al ambiente.
Debemos estar concienciados con el mantenimiento de la tarima. Como ya he contado en este post, la tarima exterior sufre mucho más los factores externos como la lluvia o el sol, ya que la incidencia es directa. Tenlo en cuenta.
Lo dicho, la tarima flotante para piscina es una de las soluciones más prácticas y estéticas para nuestro jardín. Si os ha gustado este artículo, no dudéis en compartirlo en vuestras redes sociales. Hasta la próxima!