Las tarimas de madera no son patrimonio exclusivo del interior de las viviendas. En su versión de exterior, resultan una opción elegante, cálida y muy estética para cubrir el suelo de la terraza o los alrededores de la piscina.
Si estás pensando en instalar una tarima de exterior, en este artículo podrás encontrar las claves básicas que te ayudarán a decidir cuál es el modelo idóneo para tu jardín.
Todo depende de si prefieres darle prioridad a la estética o a la facilidad de mantenimiento. Las tarimas de exterior de madera natural son la opción de más belleza, aunque también la más costosa y que requiere más cuidados para su mejor durabilidad. Los materiales más empleados son la teka, ipé, cumaru, elondo y massaranduba, todas ellas maderas tropicales muy resistentes al agua, con acabado protector en aceite que debe ser renovado dos veces al año.
Actualmente, existe también una amplia variedad de maderas sintéticas, que en realidad están hechas a base de un compuesto de madera, habitualmente de arce, con resinas de polietileno de alta densidad. Se consigue así una solución estética y durable, con alta resistencia a las manchas, el moho, la pérdida de color y el astillado, ahorrando además los trabajos de sellado, decapado y aplicación semestral de aceite protector. Las tarimas sintéticas se fabrican en tonos que imitan los de las maderas duras tropicales, aunque, obviamente, el resultado no es idéntico.
Ante la duda, no dejes de consultar a un profesional, que te explicará detalladamente, y teniendo en cuenta tu caso particular, cuál es la mejor opción según tus necesidades.
Foto: Parquets Vega Baja